Se están conmemorando los 40 años de la prematura ida de Manolo Guanipa. Imposible olvidar esa noche llena de reuniones convocadas en diferentes asambleas planificadas por el partido, con el que comenzamos a caminar en el duro, pero hermoso andar de la política.
Fueron décadas de sueños y utopías. Manolo, como cariñosamente lo llamábamos, nos daba aliento para hacerlo posible.
No fuimos los hijos biológicos de Manolo, pero fuimos sus hijos Políticos. Fue nuestro mentor, nuestro guía, nuestro ídolo. Fue un modelaje, un ejemplo a seguir. Un día escribiré del Manolo que conozco. Así como un día escribí, a los 20 años, sobre Hilarión Cardozo.
Manolo fue un padre para nuestro generación. Una luz. Un modelo a seguir. Los que estuvimos bajo su manto lo lloramos. Lo amamos. Sentimos su ausencia en su viaje prematuro. Humilde y sencillo. Solidario y humanista, ese fue Manolo. Cuando se nos adelantó hizo un comentario: con su ida se va el partido, un defensor del Zulia y una pérdida para el País. Desafortunadamente no me equivoqué.